jueves, 27 de noviembre de 2008

Hasta que la rutina nos hizo olvidar aquel día...

martes, 25 de noviembre de 2008


y ahí vas de nuevo...

ya te lo había dicho: " hazme caso, yo soy la voz de tu conciencia"

no te rías

cuantas veces caes en lo mismo?

hoy descubres que no puedes más, cuando hace rato te cansaste de luchar

hoy descubres que quieres un nuevo inicio lejos de todo sin reconocer que hace mucho huiste y lo único que les dejaste fue tu presencia.

y por qué me lo preguntas?

no pretendas buscar venia para aliviar tus culpas

ya me contarás.

ya te escucharé

jueves, 13 de noviembre de 2008

Amigas, las historias se repiten

Llamadas que no tienen fin y de pronto parecen sin inicio,
encuentros maravillosos que al parecer duraban minutos y con el tiempo se vuelven eternos, detalles incesantes convertidos en regalos forzados,
celebraciones románticas que luego simplemente llamamos compromisos,
dulces celos que luego pasan a convertirse en aguda desconfianza,
momentos de espera incondicional convertidas en un “¿hasta qué hora te espero?”.

Y finalmente nos acostumbramos... Siempre nos acostumbramos.

Sino cómo se justifica el hecho de que una mujer permanezca con el mismo tipo un sinfín de años a sabiendas de que el mencionado tal vez no cumpla todas las expectativas pero como dice el dicho: “es mejor indio conocido…”.

Cómo se justifica que muchas estén a la espera de alguien que las rescate de su propia vida y de su propia piel para finalmente empezar a sentirse dignas.

Cómo sino se justifica que perdonemos eternamente casi sin importar el daño y peor aún… que se venda el perdón a cambio de algún regalito caro.

Como se justifica que alguien acepte mantener una relación en secreto durante tiempo indefinido porque… “así es mejor”.

Y qué decir de todas las valientes mujeres enredadas con un pobre hombre que tiene muchos problemas, un trabajo agotador, su equipo perdió y a esos hechos atribuye la razón de todos sus desplantes, rechazos, eventuales aventuras y humor huraño. “Es que el pobre…”.

Y la que lo llama incesantemente para saber qué pasó con él porque hace dos días dijo que devolvería la llamada y aún no lo hace.

Está de más mencionar a quienes aceptan la fugaz y poco gratificante experiencia de involucrarse con un hombre casado con la única intención de divertirse un rato pero lo único que les queda es una sensación de vacío.

Y a la que tiene el fruto de un extinto amor en su vientre pero que aún lo espera…

Y al final siempre estamos envueltos todos en el mismo rollo.
¿Verdaderamente se necesita ceder tanto para tener una relación saludable?
Tal vez.
Probablemente.
Depende, eso… depende.

Aún falta valor.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Amarte es un ritual... odiarte la verdadera pasión

martes, 11 de noviembre de 2008